10 may. 2010

Con actitud de anfibio




¿Qué pasaría si de un día para otro tu vida cambiara? Imagínate que una mañana te levantas y no tienes problemas con los electrodomésticos, el viejo cascarrabias del kiosko de periódicos te saluda y así todo lo malo a lo que te acostumbras cambia para bien.




¿Será que es un sueño? acaso ¿es utópico pensar que las cosas pueden marchar mejor? no lo creo. Sin duda alguna algo podemos hacer para dejar de sufrir bajo las circunstancias y aprender a ser creadores de ellas. La vida todos los días nos ofrece opciones, nos obliga a escoger. Somos nosotros quienes decidimos empezar mal el día, quienes decidimos amargarnos porque hubo mucho tráfico y llegamos tarde al trabajo. Somos nosotros quienes decidimos hacer que quienes nos rodean paguen las culpas de nuestras rabietas o simplemente aprender a reformular y cambiar la forma en que interpretamos al mundo que nos rodea.




Cuando cambia nuestra actitud, cambia el mundo y las circunstancias. Parece mentira pero es así. Yo aún estoy en proceso de aprenderlo y aprehenderlo para hacerlo parte de mi vida. Ciertamente sé que no es nada fácil, pero si se puede. Si podemos optar por ser felices ¿por qué no lo hacemos? si cada día puede ser maravilloso ¿por qué nos lo destruimos? si cada amanecer nos trae la posibilidad de alcanzar aquello que queremos ¿por qupe caemos en el autosabotaje?




Todas estas ideas se me vinieron a la cabeza mientras interpretaba y reflexionaba sobre una película del festival de cine francés que ví el fin de semana con Marmota. Se trata de "De un día para otro". Una suerte de comedia reflexiva que nos sumerge en el mundo de un hombre a quien todo le sale mal y una mañana el mundo el cambia por completo. ¿puede ser esto cosa del azar?




Esta situación me recuerda mucho a aquel viejo cuento de las ranas que caen en un pozo y debe salir de allí. La rana ganadora resulta ser "Sorda y en al moraleja nos explican que por esto ganó, ya que no escuchaba los gritos y palabras de desaliento que le propinaban sus compañera. Pero, ¿acaso ser sorda es su único mérito? ¿una condición de la que no somos responsables nos puede llevar a lo que queremos? no lo creo. Siempre he dicho que no comparto para nada el sentido que le dan a esta parábola. Ganó por ser perseverante, por tener un fín en mente, por creer que podría hacerlo, en resumen ganó por tener una actitud positiva frente a las adversidades de la vida.




Pues sí señores, estoy covnencido de que todo en la vida es "cuestión de actitud". Hagamos un expriemento y a partir de mañana digamos "Sólo por hoy tendré una actitud positiva". No se desanimen si recaen en viejos patrones. Cambiar no es fácil, pero tampoco imposible. Además, cuando comenzamos a ver los frutos nos convencemos de que realmente valió la pena.

No hay comentarios.: