16 ago. 2008

Dos de dos, no está nada mal...y una tercera buena tampoco


Actualmente, para nosotros (Marmota y yo) ir al cine se ha convertido en una suerte de lotería. NO siempre hemos ganado. Películas que quisimos vert desde hace mucho nos han traído una que otra decepción. Otras, simplemente nos han sorprendido, lamentablemente algunas de forma negativa.











En esta oportunidad, hemos tenido suerte, nuestras últimas visitas al cine han sido muy, pero muy positivas. De la cartelera actual, llevamos dos de dos.

EL primer gran acierto fue "Elizabeth, La edad de oro". Una hermosa joya del cine, que siempre perdurará en quienes tuvimos el placer de disfrutarla. La actuaci´ón de Cate Blanchet es sencillamente magistral. El cromatismo emocional que brotaba de sus poros en cada escena era intenso, creíble y nos hizo creernos completamente la historia, es decir, yo no veía a una actríz famosa haciendo de la reina, sino que veía a "La Reina Virgen" contándonos su historia.

Un guión muy bien llevado, la dirección excelente. Las actuaciones pues uno mejor que el otro. El colirio de Clive Owen, pues excelente. La fotografía, dirección artística estuvieron fenomenal. El vestuario y maquillaje digno de una ovación intensa y prolongada.







En resumen, es una película que realmente vale la pena ver. No sé que tan apegada está a la historia verdadera, pero es una oporutnidad para aprender y entretenerse al mismo tiempo.

WALL-E

A la salida del cine:
Marmota: Y, ¿Qué te pareció Wall-e?
Yo: ¡Ay! ¡Me encantó! (Tono entre mingón y puchero)














Es que no queda de otra, o te encanta o te encanta. La historia de este pequeño robot sobreviviente en la tierra es realmente enternecedora. Tiene todo lo que necesita una película para dejarme ese excelente sabor de boca al salir de la sala. Hay una rica gama de personajes, un guión original, entretenido, rpofundo. Diálogos fuera de serie, efectos de última generación, reflexiones y risas a granel.. cada escena supo arancarme o carcajadas o lágrimas.
Personajes realmente sorprendentes, bien definidos y delineados. La ternura que supo manifestar wall-e en todo momento con esos ojazos expresivos y un apersonalidad genuina, solidaria y "cuchi". La única cucaracha que ha despertado buenos sentimientos en mí se paseaba por la pantalla como la fiel mascota del protagonista y un capitán que quiere hacer todo lo posible por reconquistar y conocer el mundo al cual verdaderamente pertenecen son algunos de los que nos podemos encontrar.
Wall-e es uno de esos filmes que divierte a los niños y a los adultos nos lleva a reflexionar qué estamos haciendo con nuestra vida. Una sociedad sedentaria, automatizada, alejados del mundo que les rodea y cuyo contacto con los demás se inscribe sólo en el mundo virtual, seres dependientes de sus máquinas que aprendieron una gran lección de un viejo robot limpiador y una hermosa y temperamentla robot de última generación.
Una oportunidad que nadie debe perderse en esta temporada de cine.

La tercera gran oportunidad de cine, fue enmarcada en un ciclo del famoso director Louis Malle, se trata de la película "Damage" con Jeremy Irons, Juliette Binoche y Miranda Richardson. Al terminar la función quedé completamente en shock. Es sorprendente la visión que tiene el autor sobre las miserias humanas y la cruel manera de hacerlo entender. Un hombre maduro, que se deja arrastrar por la pasión que le despierta una joven atractiva y liberal que es nada más y nada menos que la novia y gran amada de su hijo. No le importa serle infiel a su mujer ni jugar con los sentimientos de su hijo. Ni siquiera cuando se ve descubierta por su hija púber pierde el descaro y la desfachatez. LLega al límite de permitir el compromiso y planificación de la boda entre ellos, con tal de seguir en contacto con ella, lo que es peor esa pasión irresponsable ocasiona la muerte trágica de su hijo.
Las actuaciones de gran nivel, los diálogos para pensar y una historia que nos invita a ser responsables de lo que hacemos, a mostrarnos siempre como seres auténticos y genuinos y sobre todo, una oportunidad para revisar nuestra concepción del amor y de las relaciones de pareja.