28 jul. 2006



Cuando establecemos barreras previas sobre lo que esperamos de los demás, actuamos de acuerdo con lo que pensamos, aun cuando nuestro discurso sea diferente. Nuestros prejuicios son lo que nos impide esperar lo mejor de otros. Si esperamos mediocridad de las personas, justamente eso vamos a conseguir; pero si esperamos genuinamente lo mejor de cada uno, nos sorprenderá ver cuan a menudo la gente se esfuerza para alcanzar nuestros estándares. Goethe, el filósofo alemán, decía: “trata a la gente como si fueran lo que deberían ser y estarás ayudándolos a convertirse en aquello que son capaces de ser”.

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