16 abr. 2011

Otra crónica en el metro.............


En el Metro de Caracas es absolutamente imposible llegar a perder la capacidad de asombro. ¿Por qué digo esto? Ya en ocasiones anteriores escribí algunas cosas al respecto. Hoy quiero rescatar y conpartir una de las últimas experiencias que me tocó presenciar.




A pocos metros de dónde iba sentado y de forma completamente diagonal, estaba un señor de unos cuarenta y tantos años acompañado por un adolescente, que tenía toda la pinta de ser su hijo. Tendría unos 14 o 15 años.




Cuando el Sr. en cuestión comenzó a lanzar hacia arriba y a atajar su teléfono celular, no pude evitar centrar mi atención en lo que allí estaba pasando. Aunque yo iba sólo, pude escuchar a Marmota decirme como siempre que comienzo a estar "atento a todo lo que pasa a mi alrededor", !Deja la Cotilla! :-)
Regresando al tema del malabarista con su teléfono celular, percibi gran seriedad en su cara y una gran concentración en lo que hacía. Parecía un científico buscando las respuestas a sus hipótesis. Imaginé que Einstein ponía esa misma cara cuando estaba en us proceso de plantear que la energía es igual a la masa por la velocidad de la velocidad de la luz al cuadrado. No tardé mucho en saber lo que ocupaba los pensamientos del sr. Fue cuando le preguntó a su hijo adolescente: ¿Por qué si el tren se está moviendo, yo lanzo el teléfono al aire y cae en mis manos, en vez de caer en el punto del aire dónde lo lancé cuando pasaba por allí?.

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