Una maravillosa tarde de fin de semana, de paseo con Marmota por un centro comercial capitalino estábamos esperando a Suricato.
Ese día mi estómago me jugó una mala pasada. Comencé a sentir unos retorcijones muy extraños y tuve que correr a buscar un baño para.....bueno no necesito ser más explícito ¿verdad?
Que me pasen este tipo de cosas no me sorprende. Bueno, siguiendo con el relato, cuando decidí que tenía que resolver "el asunto" salí corriendo desde unas escaleras y traté de decirle a Marmota hacia cuál baño iba, pero creo que no me pudo escuchar.
Minutos más tarde ahí estaba yo, sólo en un baño público, sentado en el WC viendo para los lados. Dónde debía estar el papel higiénico había un cilindro de cartón marrón. Me tocó llamar a Marmota para que me auxiliara. Ni modo que le pida ayuda a un desconocido ¿verdad? Mientras él trataba de encontrarme para auxiliarme llegó Suricato y entre los dos comenzaron la gran búsqueda.
Minutos más tarde, ya yo estaba desesperado buscando en mi morral (bolso, mochila) a ver si tenía algún producto alternativo para solucionar mi problema.
De repente, oigo la voz de Suricato hablando con la señora de limpieza, con esa espontaneidad que la caracteriza. Era muy cómico escucharla decir: "Estamos buscando a un amigo que se quedó sin papel en el baño, ¿puede decirnos si está allí?"
Marmota y Suricato solucionaron mi problema y me demostaron que son mis dos grandes amores. Mi pareja, el amor de mi vida y la persona a quién quiero ver en cada amanecer y Suricato, mi mejor amiga, aquella a quién le daría hasta mi vida si la necesitara.
Y bueno, la tarde terminó entre risas y chistes sobre las malas pasadas que acostumbra jugarme mi estómago.
1 comentario:
Uy! No! jejeje Ni me lo recuerdes, sufrí una de esas crisis estomacales pero no en un centro comercial sino en el Ministerio de Educación, te podrás imaginar, pero ni modo, no podía aguantar mas y tuve que usar uno de sus baños jejeje xD
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