Comienza un nuevo festival de cine español en Caracas, y como desde hace cuatro años, me dispongo con mi pareja a disfrutar de aquellos títulos que logren llamar nuestra atención, o a disfrutar de el famoso e inugualable Almodovar.

Ayer, primer día del evento, disfrutamos de una excelente opción para quienes nos gusta ser sorprendidos y "abducidos" por una trma genial. Esta película es "Sólo mía", con la bella Paz vega, en una actuación realmente lucida y convincente. Es increíble lo que transmite esta chica con su mirada, con sus gestos, con las inflexiones de su voz. Verla pasear por varios matices emocionales me hace convencer de su superioridad frente a su compañera de origen Penélope Cruz.

Cada año me devoro el festival español, al igual que cada festival de cine francé, europeo. Ojalá el cine venezolano llegara a la altura de muchas de estas producciones. Sin ir más lejos, acá en nuestra américa Argentina realiza películas muy buenas, Chile y Colombia igual. Brasil nos ha dado unas gratas sorpresas. Y repito, cuando hablo de cine lo hago desde el corazón, desde lo que me hace sentir, desde las emociones que despierta en mí.

Siempre me ha gustado el cine, el buen cine. Aquel del que sales pensando en algo más que en responder a las señales de hambre que emanan de tu estómago. Disfruto aquellas películas que se parecen a la vida,de aquellos personajes que te puedes conseguir a la vuelta de la esquina. Me gusta un final feliz, pero los finales reales me encantan.

Me gusta salir de la sala de cine comentando la temática de la pélícula, que opinión nos merecen las conductas o decisiones de los personajes, qué pensamos sobre tal o cual aspecto. Me gusta salir de allí con ideas en mi cabeza, con pensamientos, reflexionando, aprendiendo, con la sensación de haber disfrutado, saboreado los matices del autor.