23 mar. 2009

Toña la Negra, daniel Santos y otras grandes voces de la música le sirven de fondo a una historia hermosa, sorprendente, llena de todos los matices del alma humana y con un gran mensaje para reflexionar. Se trata de la más reciente película mexicana que podemos disfrutar en la cartelera de cine nacional "Arráncame la vida". Adaptación cinematográfica del famoso libro hom´´onimo de Ángeles Mastreta y que nos remonta al Mexico de los años 30´s.

La historia comienza con una niña muy avispada llamada Catalina, quien conoce al Capitán Andrés Ascencio y termina enamoradísima y encantada de la forma como él la mira. Por su parte, él la hace su esposa y se la lleva a vivir con él, cuando ella es apenas una niña de 15 años.

Todo encaja perfectamente. Fui a verla con Marmota y una amiga que se ha leído el libro (aún no he identificado un miembro de la fauna para llamarla en mis trazos), y hacía constantes referencias a la obra. Ciertamente es un relato lleno de sorpresas, pero muy bien hilado.

La fotografía es simplemente hermosa, unos paisajes hermosísimos, tomas del casco histórico de la Ciudad de México que te dejan con la boca abierta.

Las actuaciones son brillantes y demuestran el inmenso talento de estas grandes figuras de la actuación. Ana Claudia Talancón, la misma muchacha del crimen del Padre Amaro, es la principal protagonista de la historia. Nos representa a una Catalina adolescente, dulce e inocente que va evolucionando hasta convertirse en una mujer de temple, segura de sí misma. Le imprime profundos matices emocionales al personaje, lo que nos hace convencernos de que estamos viendo por un huequito lo que le pasa a alguien que existe en la vida real.

El talento de esta chica le hace presentarnos a una niña inocente con la misma naturalidad que una mujer necesitada de intimidad o una madre fuerte y segura de sí misma.

Andrés ascencio es un hombre rudo, carismático, sinvergüenza, parrandero y mujeriego magistralmente interpretado por Daniel Giménez Cacho. Un militar prepotente, pero simpático que sabe robarnos muchas risas con su interpretación. Un hombre grande, poderoso y atractivo por demás que desposa a una chica pobre que descubre el amor en su lecho.
José maría de Táriva nos representa a Carlos Vives, un músico bohemio, soñador y con ideales muy bien plantados que despierta pasiones ocultas en Catalina y la lleva a serle infiel a su marido. En él ella descubre el amor, el deseo y el lado prohibido de la pasión. Este triángulo amoroso es el eje central de la segunda parte de la historia.

Los tres se la comen con su actuación. Y el Capitán resalta por su comicidad, originalidad, espontaneidad y a mi modo de ver, por su irresistible atractivo.

Es una película que recomiendo ampliamente por su historia, sus diálogos, sus actuaciones, su guión coherente, su vestuario, su escenografía y locaciones, por su fotografía, por tener una banda sonora de antología y riqueza musical y por todos los mensajes que podemos sacar de cada una de sus escenas.

1 comentario:

Rafael Valladares de la Santa Cruz dijo...

Qué buena película y qué divina se veía esa mujer! Los peinados, la ropa, todo era tan suntuoso y estétco a la vez que real. Me encantaron las láparas del auditorio, el campo de flores, todo me pareció tan bien cuidado.