19 mar. 2009

Crónicas en el Metro de Caracas


No se asusten, que no voy a hacer una exposición de quejas sobre el servicio de este importante medio de transporte capitalino, ni voy a hablar de los tukis que cargan la música de su celular a todo volumen para mantenernos al día de la última cancíoncita ordinaria ni mucho menos a hablar de los múltiples retrasos, la cantidad de gente en los andenes, el tiempo que uno pierde esperando a que llegue algún tren dónde te puedas montar o sobre el conflicto sindical-partidista que está viviendo.


Por el contrario, simplemente quiero presentarles algunos de los personajes que se pueden conseguir en cualquier momento cuando usen este servicio. Esos mismo que parecen sacados de una telenovela o que te hacen voltear a todas partes para descubrir dónde está la cámara escondida. O pero aún, esos que te hacen sentir verguenza ajena y te hacen dudar de la imagen de amabilidad que tenemos los venezolanos (¿o debería decir autoimagen?)


Caso #1

Desde el extremo del vagón, donde estoy sentato, veo que por las puertas del otro extremo entra quién parece ser un ciego con un amigo sirviéndole de lazarillo. Cuando se cierran las puertas ceste joven de lentes oscuros y paso lento para evitar tropezarse comienza a decir algo así como:


-"Señores, yo sé que esto les molesta. NO les vengo a mentir ni a meter cuentos. tengo una enfermedad que me ha ido quitando la visión y no veo nada. Vengo a pedirles su ayuda porque así nadie me quiere dar trabajo.....(pin pun pan el pato y la guacharaca)


El tipo que lo acompaña, lo lleva del brazo lentamente y una que otra persona le ofrece monedas, billetes y hasta expresiones de lástima y compasión por el joven que cayó en desgracia y dejó de ver el mundo maravilloso que le rodea.


Ante la sorpresa de todos, ocurrió un Milagro. Si así como ,o oyen, digo como lo leen, un milagro. El Ciego iba a mitad del pasillo cuando sonó la señal de cierre de puertas. El mismo ciego que caminaba inseguor y tambaleante por miedo a tropezarse ha pegado una carrera con el tiempo justo para meter su pie entre las puertas, con una exactitud que ni un visión 20/20 pudiese tener y evita que las cierren, para que al abrirse de nuevfo él y su buen amigo puedan salir del vagón y abordar otro.


Todos comenzaron a verse las caras y hacer comentarios en voz baja a quien tenían a su lado. Yo solamente veía a la gente. Y es que ya lo había visto antes, y puedo asegurar que él también me había visto y que tal muestra de visión no fue ningún milagro en las instalaciones de la estación Bellas Artes. Aunque por qué no, si he visto mudos bajarse hablando y quejándose porque nadie les quiso dar nada, que un ciego vea no sería algo tan fuera de lo normal. ¡Qué poca fe tengo! ¿no?



Caso #2

Voy camino a mi casa, ´sentado en mi vagón. Se montan dos muchachos, con un perfume etílico inconfundible. Venían hasta las metras de caña (alcohol). parece que estaban visitando la hacienda Santa Teresa por lo que venpian comentando y los souvenirs que portaban. Hacían chistes, hablaban a todo gañote sobre las partes traseras de la muchacha que guiaba la visita. Jugaban a ser pareja, uno reto al otro que a que no le daba un beso y este accedió. En fin todos unos personajes.


Lo más cumbre del asunto fue cuando empezaron a ponerse retos a cambio de darse de golpes por la barriga. El reto consistía en que cuando el tren se parara en alguna estación debían bajarse tocar la pared del andén y volverse a montar antes de que sonara la señal de cierre de puertas. Yo aún no entiendo la importancia del reto, pero bueno es que nunca he viajado borracho en el metro con un amigo. Los golpes que se dieron eran de padre y señor nuestro, no sé cómo podían respirar. En algún momento pensé que esos dos terminarían peleando por un mal golpe.


Cuando me bajé estaban discutiendo porque uno quería pegarle por las partes nobles al otro y estre no se dejaba. ¿habrán tocado todas las paredes hasta su estación de destino?


Caso#3

Este es quizás el más vergonzoso de los 3 casos. Iba yo sentado (si ya sé que todos mis casos los he visto sentado pero no se crean, conseguir puesto no es tan fácil como parece, además todoas han sido en la noche, a excepción de este que fue en la mañana). En fin, desde donde estaba podía ver tres asientos vación, en una estación se monta una señora que llevaba a un niño, su esposo llevaba a la niña, y dos muchachas negritas. una de las negritas se sentó, el esposo de la señora tomó asiento con su niña y justo cuando se iba a sentar la señora la otra negrita, amiga de la negrita que estaba sentada, ha empujado a la señora para tomar ella el asiento. Para mi sorpresa la señora no dijo nada, sólo puso cara de verguenza ajena e hizo que el marido cargara también al niño mientras ella llevaba los morrales.


Me provocó hacer y decir de todo, pero estaba algo lejos y con un bolso de ropa, la carpeta de los peroles del postgrado y la lonchera de comida no podía desplazarme mucho y no iba a bajar al nivel de las tipas y ponerme a gritar desde donde estaba.

4 comentarios:

Chaser LJ dijo...

Me hace recordar un video del metro de ccs a una hora pico, es sorprendente como se comportan con tal de entrar, es increible la cantidad de gente, mas empujones, golpes, groserias, risas, es todo un desastre... aqui te dejo el link para que lo veas... http://www.youtube.com/watch?v=t5M3hUDHQfE

Saludos...

JP dijo...

El Folklorismo latino es inconfundible, sobre todo en las partes ecuatoriales de nuestras geografias...

Casi calcado de la realidad de la andina Bogotá.

Gracioso y vergonzoso a la vez no?

Hipolitta dijo...

Después de leer la primera parte de tu texto, tuve que regresar al título. No sabía si hablabas del subte de Caracas o de Buenos Aires...
jajajjaja.

El trasnportepúblico,es a veces indignante, pero la mayoria de ellas, una fuente de conocimiento de la especie humana, insuperable .

semental dijo...

jajaja!! goze un mundo leyendote.

un abrazo.