24 ago. 2006


Mi abuela, una mujer que fue por mucho tiempo completamente desconocida, a pesar de haber vivido siempre cerca de mí. Bastaba mirar por la ventana de mi casa para entrar en contacto con ella. Solamente debía salir de mi casa e ir a la de al lado para visitarla. La veía y saludaba casi a diario, pero ignoraba quién era, qué pensaba o qué sentía.

Era una mujer de baja estatura, con ojos pequeños, cabello plateado, con unos cuantos kilos que la hacía ver más pequeña de lo que era realmente. Sus piernas gorditas y cortas fueron victimas de varias fracturas. Siempre se quejaba de dolores en ellas, de cabeza, de naríz, cualquier parte inimaginable del cuerpo le podía doler. Coqueta como ella sola, nunca salía de casa sin su cintillo y sin ponerse los zarcillos de la ocasión. Su ropa ni hablar, siempre elegante, arreglada.

Recuerdo una oportunidad en la cual estaba muy enferma. Debía salir al médico, y ante las constantes sugerencias de mi mamá para que se apurase, sólo recibía como respuesta un "esperáte, que me debo bañar y arreglar". EL colmo,su coquetería era más fuerte que cualquier emergencia, y mira que era emergencia porque trás la visita al doctor vino la hispitalización por un "casi" coma diabetico.

Hipertensa como pocas. Emocionalmente afectada, lo que la llevaba a tener consultas y tomar medicamentos "para los nervios". Hasta sus hemorroides le jugaban malas pasadas.

La recuerdo de forma extraña. Siempre la percibí como dura, fuerte,impenetrable. Actualmente, estoy convencido que fue una mujer sensible, llena de carencias afectivas, con mucho cariño por dar. Sin embargo, se rodeó de una muralla dura.

Nuestras muestras de afecto fueron contadas. No me sentía querido por ella, eso me llevaba a alejarme, a tener un trato diferente con ella. CIertamente, tampoco tuvo muchas muestras de afecto hacia mí, o por lo menos me costó entender que su manera de dar afecto no era la misma en la que yo lo quería recibir. En conclusión, nuestros acercamientos, poco a poco fueron limitándose al obligado abrazo de cumpleaños o de año nuevo. Así crecí, alejándome de ella, conviertiéndonos cada día en seres mas distantes, lejanos, desconocidos.

Sus apsiones eran tejer y leer la prensa dominical. Con aguja y pabilo hacía manteles maravillosos, cubrecamas, paños de mesa, gorros, ropa para los nietos. En cuanto a la prensa la devoraba por completo. Leía cada palabra desde la última hasta la primera página: clasificados, anuncios, comiquitas, horóscopo, obituarios, noticias, deportes, aboslutamente todo. Seacostaba boca arriba en la cama, piernas apolladas en la pared y pasaba horas con su amigo de los domingos.

Con el paso del tiempo, sus pasiones tuvieron que ser dejadas de lado. Perdió casi completamente la visión, por cataratas. Pero no fue lo único, su vida entera estuvo llena de pérdidas. Perdió a dos hijos antes de que cumplieran los 5 años de edad, un tercero murió a los 50, incluso ella casi pierde la vida en un coma diabetico.

EL cambio fue drastico. Ahora diabética, otro mal a su innumerable lista de "achaques". LO pero vino unos años después. Siempre orgullosa por poseer un bsuto prominente y firme, indiferente a los años y la gravedad, tuvo que desprenderse de uno de ellos en un quirófano. Su vida ya no era la misma, su ánimo tampoco.

Desde su diabetes, hasta su muerte, pocos meses después de la operación, aprendí a conocerla, a demostrarle mi cariño, a dale momentos gratos. Se fue ganando mi afecto, mi comprensión, mis mimos, mis detalles, mis cuidos.

Gracias a mi amor, a esa persona que comparte conmigo cada noche de mi vida me acerqué a ella. Sus consejos me sirvieron de mucho para vencer mis barreras, derribar als de ella y hacer que el amor, el perdón y la comprensión nos unieran con fuerza, de una manera que ni el tiempo, ni la distancia ni la ausencia puede separar.

Con ella aprendí que cada cual expresa sus sentimientos de una manera distinta. Aprendí que uno debe dejarse amar sin condiciones y a recibir el amor de los demás tal como ellos lo quieren ofrecer.

Hoy la recuerdo como una gran mujer, luchadora, fuerte, que aprendió a superar las adversidades. La recuerdo con cariño.

La lloré, desde mi alma lloré su ausencia.

La recuerdo, la extraño, la quiero y admiro.

........."Martha!!!!!!!!!!!!!!!.........Ciooooooooooón!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!"



5 comentarios:

Pablo Salvador dijo...

si hay alguien que quiero en este mundo es a mi abuelita asi que te entiendo. Respecto a Noah´s arc, la transmite LOGO, la señal gay de MTV. gracias por visitar mi blog

El "Dulzor de Ostras" dijo...
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El "Dulzor de Ostras" dijo...

Amigo Gustavo:

Al leerte, me fue inevitable recordar a mi abuelo, el viejo Ameen, y de las horas que pasaba, junto a él, viéndole trabajar, mientras me contaba historias llenas del polvo de su desierto o en el Damasco de su juventud.
Murió cuando yo tenía 17 años, pero allí lo veo sentadito con su narguile y su eterno té.

Gracias por el recuerdo.

Volveré, si Usted me lo permite.

PS: Todo es posible en la vida, amigo Gustavo, todo. También lo es un café, una buena charla y perdernos en nuestros ojos. Una mirada y, sobre todas las cosas, el silencio, pues a veces los silencios son tan importantes y dicen mucho más que todas las palabras

Cako dijo...

Hola Gustavo, q bonito tu post. Inevitablemnte el q lea esto se acordará de su abuela, obviamente me acordé de la mía y la extraño a pesar de q murió 15 años atrás. Es q fue la única q conocí, mi abuela paterna murió 3 años antes que yo naciera, así q la q tuve valía por las dos. Fuímos super unidos porq yo era su nieto menor, y ella me regaloneaba mucho, yo la quería mucho y ella a mí. Tenía harto en común con la tuya, creo q todas las abuelas se parecen.
Oye, gracias por comentar tu caso sobre los testículos, menos mal q a tí tambien te pasa, no estaremos enfermos me pregunto? Será normal, tu has ido al médico por ese dolor?
Buena suerte.

Alter

Doso dijo...

Hermoso!!! nada que decir... prometo que llamare mas seguido a la mia.

Mil abrazos
DOSo