Marmota: ¿qué vamos a hacer este fin de semana largo, puente de 24 de junio?
Yo: pues no sé, algo tenemos que hacer.
Algún tiempo después de esta conversación
Marmota: Te tengo una buena noticia, ¡Nos vamos para Margarita!
Yo: Siiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!
Efectivamente, el 24 de junio comenzó perfecto, nos íbamos a Margarita, en nuestra 5° Luna de Miel. Nos montamos en el taxi que nos fue a buscar hasta la casa y escuchamos por el radio de comunicaciones "Buenos días Sr. Marmota, le damos la más cordial bienvenida a nuestro servicio de taxi, esperamos tenga un feliz viaje, un buen fin de semana largo y un feliz retorno, estamos para servirle2. Yo no cabía en mi asombro, esas muestras de buen servicio siempre me dejan boquiabierto. Me dije que este sería un viaje inolvidable y no me equivoqué.
Llegamos muertos de hambre al aeropuerto, no habíamos almorzado y llevábamos unas maletas. Cuando llegamos al check in, nos dicen que como nuestro vuelo sale a las 7:30 p.m debemos esperar un rato para procesar el ingreso, que volvamos al front a las 6:00 p.m. El vuelo era charter, por lo que no tenía una aerolínea comercial asignada. Con todas nuestras maletas nos tocó comer en la parte de afuera del aeropuerto nacional, que sólo tiene dos opciones para comer. Nos sentamos en unas mesas y pedimos unos sandwichitos, unos juguitos y me comí una suculenta torta de chocolate. Yo pensando en la dieta para lucir el cuerpecito, ya saben (jajaja).
Por fin, hora de salir, solamente 60 minutos de retraso, pero todo bien. Nos montamos felices en el autobusito que nos llevaría hasta el avión. Casi me da un ataque de risa cuando el autobús arranca y Marmota me dice: "ahora salen las alas y despegamos". Fue tan gracioso como lo dijo que me reí por un buen rato.
Nos montamos en el avión, yo saqué mi libro a leer, él se puso a disfrutar de su revista y como de costumbre en los vuelos, a dormir un ratito. Las aeromozas muy amables ofreciendo bebidas y marmota pidiendo mi bebida. Todo perfecto.
Aterrizamos de manera ideal, no se sintió nada y un grupo de gente comenzó a aplaudir como si hubiera terminado una obra de teatro o un gran concierto. Nos preguntamos ¿Por qué aplauden? qué costumbre tan dea esa de aplaudir al aterrizar, al parecer es una manía venezolana. Pero bueno, todo salió bien, gracias a Dios.
Llegamos al aeropuerto de Margarita, las maletas no tardaron ni 10 minutos en salir. Había unas chicas de la agencia de viajes con cartelitos indicando el nombre del hotel dónde nos hospedaríamos en playa el agua. Pues, salimos del aeropuerto y tuvimos la priemera discusión, "no hay puesto para nosotros" le dijo Marmota a la catirita de la agencia de viajes, ella como pudo nos respondió que había puestos en el pasillo que se despliegan de las butacas grandes. Nos logramos sentar y fuimos rumbo al hotel.
Al llegar al hotel, una gran cola para hacer el check in y............(el resto en la II parte de esta 5° Luna de Miel)
Yo: pues no sé, algo tenemos que hacer.
Algún tiempo después de esta conversación
Marmota: Te tengo una buena noticia, ¡Nos vamos para Margarita!
Yo: Siiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!
Efectivamente, el 24 de junio comenzó perfecto, nos íbamos a Margarita, en nuestra 5° Luna de Miel. Nos montamos en el taxi que nos fue a buscar hasta la casa y escuchamos por el radio de comunicaciones "Buenos días Sr. Marmota, le damos la más cordial bienvenida a nuestro servicio de taxi, esperamos tenga un feliz viaje, un buen fin de semana largo y un feliz retorno, estamos para servirle2. Yo no cabía en mi asombro, esas muestras de buen servicio siempre me dejan boquiabierto. Me dije que este sería un viaje inolvidable y no me equivoqué.
Llegamos muertos de hambre al aeropuerto, no habíamos almorzado y llevábamos unas maletas. Cuando llegamos al check in, nos dicen que como nuestro vuelo sale a las 7:30 p.m debemos esperar un rato para procesar el ingreso, que volvamos al front a las 6:00 p.m. El vuelo era charter, por lo que no tenía una aerolínea comercial asignada. Con todas nuestras maletas nos tocó comer en la parte de afuera del aeropuerto nacional, que sólo tiene dos opciones para comer. Nos sentamos en unas mesas y pedimos unos sandwichitos, unos juguitos y me comí una suculenta torta de chocolate. Yo pensando en la dieta para lucir el cuerpecito, ya saben (jajaja).
Por fin, hora de salir, solamente 60 minutos de retraso, pero todo bien. Nos montamos felices en el autobusito que nos llevaría hasta el avión. Casi me da un ataque de risa cuando el autobús arranca y Marmota me dice: "ahora salen las alas y despegamos". Fue tan gracioso como lo dijo que me reí por un buen rato.
Nos montamos en el avión, yo saqué mi libro a leer, él se puso a disfrutar de su revista y como de costumbre en los vuelos, a dormir un ratito. Las aeromozas muy amables ofreciendo bebidas y marmota pidiendo mi bebida. Todo perfecto.
Aterrizamos de manera ideal, no se sintió nada y un grupo de gente comenzó a aplaudir como si hubiera terminado una obra de teatro o un gran concierto. Nos preguntamos ¿Por qué aplauden? qué costumbre tan dea esa de aplaudir al aterrizar, al parecer es una manía venezolana. Pero bueno, todo salió bien, gracias a Dios.
Llegamos al aeropuerto de Margarita, las maletas no tardaron ni 10 minutos en salir. Había unas chicas de la agencia de viajes con cartelitos indicando el nombre del hotel dónde nos hospedaríamos en playa el agua. Pues, salimos del aeropuerto y tuvimos la priemera discusión, "no hay puesto para nosotros" le dijo Marmota a la catirita de la agencia de viajes, ella como pudo nos respondió que había puestos en el pasillo que se despliegan de las butacas grandes. Nos logramos sentar y fuimos rumbo al hotel.
Al llegar al hotel, una gran cola para hacer el check in y............(el resto en la II parte de esta 5° Luna de Miel)
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