Fin de Semana

Este fin de seman comenzó con un viernes lluvioso que no me dejó salir de casa hasta pasadas las 10 de la mañana. Llegué a la oficina deseando que pasaran rápido las horas de prisión que debía cumplir, para salir y encontrarme con Marmota. Luego, agradecí conseguirlo, estaba como más bello que nunca. No sé qué se hizo, pero me impactó tanto verlo que no podía dejar de repetirle "Estás Bello".

Luego de saludarnos, de los piropos respectivos nos dirigimos al cine. Retomando nuestros hábitos cinéfilos pérdidos por la poca oferta de buenas opciones en taquilla nos decidimos por una película que teníamos ganas de ver desde hacía mucho tiempo: The Queen (La reina para los más puristas del castellano).

Salí con una sensación de satisfacción, que hacía tiempo no sentía. Es una historia muy bien contada. En un principio, tenía el temor de que fuese una oda a la monarquía británica. Sin embargo, terminó siendo una oda a Tony (porque el prefiere que lo llamen así).

La actuación de Hellen Mirrel (quien personifica a la Reina Isabel II, para quienes aún no conocen la película) es realmente buena. Nos presenta a una mujer real (no de la realeza, sino del mundo de verdad). Escenas sorprendentes dónde me sentí impotente ante la dureza de corazón de esa mujer "criada, convencida de que fue escogida por Dios para dirigir a su pueblo". Grandes escenas, como el primer encuentro entre el recién electo primer ministro y la reina, quien debe pedirle que ocupe su cargo en una ceremonia privada digna de la edad media, y totalmente absurda.

Una de las escenas que más me impactó fue cuando la reina está sola en el bosque y ve al venado que el rey quiere cazar junto con sus nietos. Esa mujer dura, recta, apegada a las normas y los preceptos reales queda conmovida ante la belleza de un imponente animal con astas hermosas y lo espanta para que no sea alcanzado por los temibles cazadores. Me impactó sobre manera ver que le era más importante la vida de un venado que la de una persona, pues corrían los días posteriores a la muerte de Diana, y no manifestaba ni la menor pena por lo que pudieran estar sintiendo sus nietos, ni tuvo ningún acercamiento emocional con ellos, no fue la abuela que quienes pasan por esa situación de perder a su madre necesitan.

En definitiva, es una buena opción, con personajes de verdad, con emociones, debilidades. Al salir, te deja pensado en muchas cosas.

Llegamos a casa de Marmota, pues allí nos quedamos los fines de semana. Luego de quedarme dormido en el sofá, Marmota me arropó, me quitó los lentes y se despidió con unos riquisimos besitos de buenas noches. De repente ya había amanecido y me tocó salir de allá corriendo para ir a mi cita odontológica. Toda la familia bajo a despedirme, me repararon un rico desayuno y me fui a toda prisa. Luego de un arreglito por aquí y una invitación a visitarla el próximo sábado (a la odontóloga) me fui a casa de mi mamá a bañarme, cambiarme, comer, descansar un poco y salir a encontrarme con Marmota.

Una lluvia desatada de repente, y un frío que te congela hasta el último pelito me hicieron acurrucar en la cama a ver televisión. Luego de hacer zapping por varios minutos, me conseguí en el canal "retro" con un título que llamó mi atención: "La rubia Fenómeno" con Judy Holliday y Jack Lemmon. Película que data de 1954 y nos cuenta la historia de Gladys Glover y de cómo llega a ser una mujer muy reconocida.

Originalmente, modelo de ropa interior, quien tras ser despedida por tener dos centímetros de más en sus caderas se encuentra con un realizador de documentales y sostienen una agradable conversación. Ella decide, a toda costa hacerse un gran nombre. Mientras la amistad entre ellos va creciendo y se convierte en amor. Claro, como en toda película, sedarán cuenta de esto sólo al final.

Galdys me pareció un personaje encantador, una rubia ingenua (estereotipo de la época) que con su inocencia y locas ideas se abre camino en el mundo.

Su idea más original, pues colocar su nombre en una valla publicitaria.

La lluvia era muy fuerte y durante unos 5 minutos se fue la señal de DirecTV, y al regresar ya Gladys era toda una celebridad. Hacía comerciales, participaba en programas de televisión. Llegó a tener grandes carteles con su nombre en diferentes lugares de la ciudad. Manipulada por empresarios, llegaron a usar su imagen en cuanto producto se les ocurría,pues Gladys representaba a la americana promedio, y "si lo usa Gladys Clover, tú también".

Mientras, el productor de documentales, trataba de cuidarla y era testigo de las burlas en contra de esta encantadora mujer.

Escena de gran carga reflexiva cuando Gladys le dice al empresario: "hay dos clases de personas, las que hacen cualquier cosa para hacerse un nombre y las que hacen casi todo". Para más tarde, casi al final de la película, dejarnos con esta frase que estremece cuando la escuchas: "No es todo hacerse un nombre, sino hacer que tu nombre diga algo".

Un final romántico, luego de recibir la declaración de amor del productor de documentales a través de un video sorpresa dejado en su cuarto.

Es realmente una buen película, que me supo acompañar en mi soledad de tarde lluviosa y en la espera de poder salir a ver al amor de mi vida.

Un encuentro especial con marmota. Una cena riquisima, donde mi antojo de sushi fue saciado por algunos días.

Una noche tranquila, donde los cariñitos que nos concedimos Marmota y yo a escondidas en su casa me hicieron sentir como un adolescente enamorado. Besos riquisimos en los rincones, caricias atrevidas y traviesas de mi parte. ¿El más especial?, pues, un beso apasionado en la puerta del baño, que me erizó hasta el último pelito.

Sólo sé que amo a mi Marmota con todas las fuerzas de mi alma, que ante la adversidad nos fortalecemos. Sé que cada uno cuenta con la fuerza del otro, con el ánimo del otro para seguir adelante alimentando esta esperanza.

Por lo pronto, pues lo que le pediré al Niño Jesús para mí, en estas festividades, va a ser un rincón para vivir juntos y seguir escribiendo esta hermosa historia de amor. Estoy seguro, que después de tanta espera será un grandioso lugar el que recogerá en sus 4 paredes todo lo que tenemos por vivir.