
Llevaba tiempo esperando la llegada de esta película. Desde que vi los preview supe que me encantaría. Solamente ver a Nicole Kidman y Hugh Jackman juntos, en una historia sobre su país natal sería un lujo.
Realmente no me equivoqué, “Australia” me gustó muchísimo. Me gustó tanto que sólo tomé conciencia de lo larga que es cuando Marmota y las amigas con quienes la vi comentaron la hora que era y cuanto había durado. No se me hizo lenta en ningún momento.
Lloré a mares escena tras escena. Me reí en unas cuantas y llegué a sufrir de suspenso en una que otra.
Realmente, para mí, no tiene desperdicio y tiene mucho para disfrutar y sacarle el jugo. EL guión me pareció bastante bien llevado, aunque no nos presenta una historia nueva ni desenlaces sorprendentes merece una puntuación muy alta por todas sus fortalezas.
Kidman y Jackman se lucen con unas excelentes actuaciones y demuestran mucha química frente a las cámaras. Un acierto de casting poner a estos dos seres nada imperfectos juntos en la gran pantalla. Ella es lady Ashley una aristócrata Inglesa que llega a Australia a buscar a su marido y él es “El Capataz” un alma libre que sólo necesita arrear ganado unas cuantas veces al año para darse por satisfecho. Su historia de amor es hermosa y cómo cada uno va descubriendo en los otros motivos para enamorarse.
Nicole representa muy bien los matices emocionales una mujer que llega “respingada” y termina siendo un ejemplo de lucha, coraje, temple e inspiración para el resto de las habitantes, a pesar de las críticas y juicios de valor de una sociedad australiana en medio de la segunda guerra mundial y en proceso de transformación cultural.



“Australia” más que una historia de amor es un ejemplo de coraje, una invitación a descubrir nuestros motivos para vivir. Es un mensaje de lucha, de fe y de esperanza. Es una invitación a abrir los ojos y mirar el camino de éxitos que nos está esperando. Nos invita también a ser justos, a defender a los menos afortunados, a ser solidarios con los demás, a derribar prejuicios, a no juzgar a los demás por su origen o su apariencia. A la igualdad, la solidaridad y a demostrar siempre lo mejor de nosotros, aún en las peores crisis o situaciones. Sobre todo, nos recuerda que el bien siempre triunfa sobre el mal, que lo que hacemos por los demás regresa a nosotros triplicado y que con la misma vara que medimos seremos medidos.
Esta suerte de homenaje a la tierra de canguros y hermosos paisajes terminó siendo un homenaje al amor,a la vida y a los sueños

La recomiendo ampliamente, porque no tiene ningún desperdicio. Los diálogos son buenos, los personajes están bien definidos e interpretados, la fotografía es impactante, los efectos especiales son excelentes, las actuaciones son de alta calidad, la historia es hermosa y las moralejas son tantas como personas en la sala.