Son muchos quienes aunque sus signos vitales indican que continúan con vida, sus vivencias, acciones y estado anímico indican todo lo contrario. Son lo que llamaría "muertos vivos" . Dicen por allí que la juventud es un estado del alma y vivir también lo es. Podemos tener unos órganos que funcionen perfectamente y andar por allí como muertos.
¿Qué nos hace VIVIR? sería una buena pregunta para plantear en este momento. Desde mi punto de vista y experiencia personal diría que lo que nos hace vivir son nuestros sueños, las ilusiones que tenemos, nuestra capacidad para no ponernos límites y aventurarnos a descubrir nuevos mundos, nuevas maneras, nuevas visiones y nuevas formas de pensamiento. Nos hace vivir, principlamente nuestra capacidad para amar y abrirnos a ser amados. Brindarle a nuestra vida un propósito, vivir acorde con el dieal de personas que nos hemos trazado y luchar cadá instante por mantener la felicidad que alcanzamos.
Muchas de estas reflexiones, y otras, surgen al ver una excelente película española-argentina el pasado fin de semana con Marmota. Se trata de "Elsa y Fred", un regalo que nos permite ver lo que es realmente vivir. ¿Hasta cuando vivimos? ¿Hasta que edad se puede soñar? ¿Existe una edad en la que el amor y las ilusiones esten prohibidas? ¿La capacidad de amar y ser amados muere con los años? ¿Podemos dejar que los años y las arrugas vayan sacando de nuestras vidas los sueños, la alegría y las ganas de embarcarnos en nuevos y maravillosos descubrimientos?.
Mientras haya vida podemos VIVIR. No hay límites para amar, ser amado, para entregarnos en brazos de la felicidad, para atrevernos a luchar o para reconquistar esos sueños que tenemos guardados en el cajón del fondo y que nunca nos atrevimos a cumplir. La vida nos hace una invitación constante: VIVIR. Los sueños nos hacen otra invitación: "Hazme realidad"
Elsa, es una mujer de más de 70 años que todos los días le dice "Sí" a ambas invitaciones. Es una traviesa y vivaracha rubia que no ha perdido ni las ilusiones ni las ganas de aventurarse a hacer lo que para muchos está vetado o prohibido. Fred es un hombre sano, con dinero, que acaba de enviudar pero que dejó de VIVIR, para simplemente vivir hace muchos años. Me atrevería a decir que nunca ha vivido. Estuvo toda su vida casado con una mujer a la que nisiquiera sabe si amó realmente. Marmota y yo, comentando la película, al salir, nos decíamos que debe ser horrible pasarse toda la vida al lado de alguien a quien no se ama. Pero lo peor es pasarse toda la vida sintiéndose obligado a vivir, aunque no se quiera VIVIR.
Esta película es mucho más que una hermosa y dulce historia de amor entre un hombre y una mujer de edad avanzada. Es una invitación a descubrir lo que realmente es la felicidad, a mirar hacia lo profundo de cada uno de nosotros y examinar qué estamos haciendo con nuestra vida. Es un recordatorio de que debemos soñar, ilusionarnos, vivir a plenitud cada instante. Es una invitación a atrevernos a cometer aquellas locuras con las que hemos soñado tantas veces, a hacer travesuras, areirnos a carcajada plena, a hacer lo que queremos, aunque no sea políticamente correcto o no lo vayan a ver bien los demás. Es una invitación a ser auténticos, a descubrir nuevos mundos, a reconciliarnos con nuestro niño interior y decirle "SÏ" a VIVIR. Es una invitación a soñar, tal como Elsa, con entrar en la Fontana Di Trevi como aquella Anita Ekberg de "La dolce vita", mientras espera a su Marcello Mastroianni, que tarda en llegar.
Muchas fueron las lágrimas y las risas que corrieron durante la proyección de la película. Lloré de principio a fin, y más me conmovía y enternecía cuando volteaba a ver a Marmota y le descubría secándose los ojos porque también estaba llorando. Yo estallé en llanto y al día siguiente, cuando fuimos a ver otra de las obras del festival de cine español y pasaron los preview de Elsa y Fred me descubrí llorando nuevamente recordando las escenas del film.
Es una historia hermosamente contada y llena de un rico simbolismo que cada cual interpretará a su manera. Una de las criticas que leí la define como una historia de amor tardío. Pero hablar de "tardío" es admitir lo inadmisible y es que para amar no hay tiempo ni es temprano ni tarde, simplemente se ama y ya.
Las actuaciones son realmente dignas de un aplauso de pie y demás honores. Manuel Alexandre da vida a Fred, un viudo opaco, sin vida, resignado y temeroso que poco a poco se va trasformando en un hombre lleno de ilusiones y aferrado a VIVIR. China Zorrilla es Elsa, una adolescente traviesa y pícara que vive en un mundo completamente diferente al nuestro, con un gran corazón y una capacidad increíble para crearse historias, pero, sobre todo con muchas ganas de ayudar a otros a VIVIR.
Un guión original, redondo y con grandes sorpresas. Un elenco de grandes figuras y escenas con diálogos profundos, aleccionadores e inolvidables que nos sumergen en una reflexión y revisión concienzuda de nuestras prioridades y manera de vivir. En definitiva, un regalo para quienes estamos enamorados y para quienes hacen de cada día de sus vidas un motivo para VIVIR.
Marmota y yo salimos encantados, conmovidos y más enamorados y unidos. Agradezco a Dios haberme hecho concoer el verdadero y único amor en plena juventud, porque así serán muchos los años y las vivencias que tengamos juntos.
1 comentario:
.....¿por donde empezar?....AMOR todo en la vida tiene sentido por el amor.
AMOR DE MADRE
AMOR DE HIJO
AMOR DE PAREJA
AMOR POR LOS SUEÑOS,LAS ILUSIONES,LA VIDA.
llenate de amor y encontraras en cada momento un motivo para VIVIR.
tu blog me entristese por no poder ir al cine y me llena de esperanza al llevarme a un sala (de cine o teatro).
me permite soñar!!
claro que puse un link hasta tus trazos.
FIJATE BIEN!!!!!!!!!!!
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