Últimamente he tenido un montón de trabajo por hacer. Sin embargo me siento muy feliz en mi empleo y en lo que estoy haciendo para ganrme el pan con el sudor de mi frente. Cada día aprendo cosas nuevas, pues estoy en un área de mi carrera que nunca había ejercido y en la cual el reto es hacer lo que se supone que debo hacer sin tener la experiencia de haberlo hecho antes. Es un reto riquísimo que me tiene motivado todos los días, si no fuese por los madrugonazos que me tengo que echar todo sería perfecto. Ah!! y por supuesto si tuviera mayor sueldo tampoco me desagradaría.

Indudablemente estoy en un gran momento de mi vida, por lo que le agradezco a Dios la oportunidad de cada nuevo amanecer para seguir aprendiendo y disfrutando de todas las bendiciones de mi vida.

Mis estudios de postgrado van viento en popa, cada día me gustan más las materias y voy conociendo poco a poco a mis compañeros y a los profesores. Por supuesto, también voy ampliando el conociemiento de mí mismo y de todas mis potencialidades. Me siento con mucho entusiasmo, aunque voy viviendo un día a la vez. Mi meta, en este momento no es graduarme, mi meta es aprovechar al máximo las materias que estoy viendo en este trimestre y dedicarle tiempo para aprender todo lo que pueda. Absorver cual esponjita todo el cúmulo de saberes que se están desarrollando en mi salón de clases es lo que quiero hoy día. Ya el tiempo irá diciendo cuáles serán mis futuras metas, pero, en mi aquí y mi ahora sólo quiero aprender y masticar muy bien lo que estoy aprendiendo en cada clase.

Estoy bajando de peso y mi corazón cada vez está mas sano y fuerte. Me alimento cada vez mejor. estoy abandonando mis deseos por comer dulces y me siento más equilibrado a nivel emocional y personal.

Marmota y yo cada vez más enamorados. Mis relaciones familiares cada vez más profundas, hermosas y mágicas. Mis niños creciendo sanos y nobles. Mi familia creciendo. Y así, cada día sigo descubriendo motivos para ser feliz y agradecerle a Dios y a la vida por haberme dado tanto.